jueves, 19 de marzo de 2009

Desarrollo editorial

Si bien las partes financiera y estructural del proceso de edición de cualquier publicación impresa juegan un papel importante dentro de la industria editorial, es preciso dedicar varias líneas al paso fundamental por el que todo manuscrito tiene que atravesar antes de convertirse en un libro: la recepción, selección y luego la aprobación o rechazo del manuscrito, proceso también conocido como desarrollo editorial.

Y es precisamente en esta etapa donde la figura del editor resulta indispensable, al ser el encargado no sólo de leer el manuscrito que llegue a sus manos, sino también de darse a la tarea de estimular la creación de nuevos trabajos.

Antes de decidir qué sí y qué no debe ser publicado, el departamento editorial tiene que llevar un registro de todo lo que entra a la casa editorial, aún cuando no todo vaya a ser requerido para su publicación. De esta forma podrán tener un control de lo que entra, tanto de lo rechazado como de lo aceptado. Aunque la forma tradicional de llevar el registro es por medio de fichas bibliográficas, gracias a las nuevas tecnologías hoy día es posible contar con bases de datos digitales que permiten un acceso más fácil y rápido a la información.

Ahora bien, y si tomamos en cuenta que de todos los manuscritos que llegan a una editorial sólo un reducido porcentaje es publicado, el departamento encargado de seleccionar el material tendrá que hacer un uso eficiente de sus recursos y organización para no generar gastos innecesarios a la empresa, de manera que el tiempo y dinero invertidos no sean tan elevados.

Aunque podría suponerse que el editor elige con base en sus gustos y conocimientos el escrito que podrá ser publicado, detrás de él hay todo un equipo que sujeto a una serie de parámetros (que la temática del escrito concuerde con la línea de publicaciones de la editorial, que el escrito sea de calidad, que el trabajo sea inédito, etc.), junto con el editor establecerá que tan viable es la publicación del trabajo que acaba de llegar a sus manos.

Los editores especializados, los consultores, los departamentos de producción, ventas y finanzas, le darán al editor sus observaciones y puntos de vista respecto del posible manuscrito publicable. De esta manera, mientras que los primeros se encargarán de darle su opinión acerca del tema que aborda el escrito y su calidad, los últimos, basados en una serie de cálculos financieros, le expresarán qué tantas utilidades y gastos generará la posible publicación y si es conveniente darle la oportunidad de salir a la luz.

Si bien la imagen del escritor que llega a las oficinas de la empresa editorial con la ilusión de que le publiquen un libro es bastante romántica, muy pocos manuscritos son los que llegan así. En general, los manuscritos que ingresan a las filas de espera de las editoriales antes fueron recomendados por alguna persona del medio, o bien son producto de una investigación cuidadosa hecha por el editor y su equipo.

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