domingo, 1 de marzo de 2009

Silvia Molina entre letras e inventarios

“Los matrimonios deberían de hacer un inventario de inicio y uno de separación o ruptura para saber qué daños han sufrido a lo largo de su relación”, expresó la escritora Silvia Molina en la presentación de su nuevo libro: En silencio, la lluvia

La revelación de su nueva obra, que se llevó a cabo el pasado sábado 21 de febrero dentro del marco de la XXX Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, contó con la presencia del periodista Carlos Payán, la escritora Mónica Lavín y Marisol Schulz Manaut, directora de Taurus y Alfaguara.

La idea de la novela, que surgió a partir del inventario que le hicieron al departamento en el que estuvo viviendo en Europa, le sirvió a la narradora como punto de partida para contar la historia de dos personas a través de su propio inventario. “Toda la novela es un pretexto para hacer un inventario”, comentó

“Aunque hay mucho de mí en la historia, no es mi inventario, pero sí me desdoblo en varios de los personajes”, puntualizó la también autora de La mañana debe seguir gris, novela que la hizo acreedora al premio Xavier Villaurrutia en 1977.

Producto de las experiencias que vivió durante su servicio en la embajada de México en Bélgica, la creación de la novela también le dio una lección a la autora. “Aprendí a disfrutar más la vida, comprendí que la vida se hizo para vivirla. No estoy segura de lo que encontré allá, pero traje este libro”, precisó.

La novela, editada por Alfagura comprende un entramado de tres historias entrelazadas. Al haber ganado una beca de estudios en Bélgica, Mónica, la protagonista, conocerá la historia de Catharina de Lovaina, una beguina del siglo XVI internada en un convento tras la infidelidad de su marido, y a una colombiana que al separarse de su esposo hace un inventario de su vida en pareja.

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